
Pedro Bargero Bio
Pedro nació en Mendoza, se crió en San Luis y se mudó a Buenos Aires a los 14 años. Durante su infancia y adolescencia vivió en contacto con la naturaleza, entre sierras, ríos y campos, con mucha libertad, algo que se ve en su cocina. No viene de familia gastronómica, es un cocinero sin herencia, un autodidacta y curioso incansable. Cuando terminó el colegio decidió estudiar Agronomía, no por vocación sino porque su abuelo tenía un tambo y él pasaba sus veranos allí. No funcionó. Se puso a trabajar en diferentes ocupaciones convencionales, fue ayudante de plomería, despachante de combustible, empleado en un patio de comidas. Tenía 20 años y jamás había cocinado. Esa rama era para él un camino impensado, aunque empezó a sospechar una ventaja: la posibilidad de viajar.
Ya en la escuela de cocina sintió que ésta “le rompió el cerebro”. De golpe encontró no solo una forma de viajar sino una forma de vivir la vida y entender el mundo. Sus primeras prácticas fueron en la Bourgogne en Uruguay, y con ellas el descubrimiento de una profesión. En su búsqueda por seguir creciendo y aprendiendo de los mejores Pedro entró como practicante en Chila –por entonces a cargo de Soledad Nardelli–, donde más tarde fue contratado como panadero. Mientras tanto realizó una pasantía en DOM, San Pablo, Brasil, para poder entender más cómo trabajar el producto local.
Tras dos años en Chila decidió hacer una experiencia europea que tuvo como primer destino a Francia, bajo la tutela del chef Mauro Colagreco, donde aprendió y siguió profundizando la cocina de producto, la botánica, y el ritmo de un restaurante de primer nivel. Su paso siguiente fue junto a David Toutain, en un restaurante que recién abría en París. Una cocina de muy alto nivel, donde Pedro creció enormemente como cocinero y persona. Francia lo modificó. En 2015 fue seleccionado por 50 Best como uno de los 10 mejores jóvenes chef sub 30 de Francia.

Regresó al país, a CHILA, y tras un paso fugaz, esta vez como Jefe de cocina, volvió a Europa al año siguiente. Ahora su viaje se le presentaba con otras características: quería trabajar en todos lados y aprender de las culturas culinarias del Reino Unido, Italia, Bélgica, Dinamarca y Rusia. Cuando Andrés Porcel, fundador de CHILA, le preguntó a fines de 2016 si le interesaría tomar el timón de CHILA, Pedro interrumpió todo y retornó al país. Un año después Chila entraba en la guía francesa Relais & Chateaux, y a lo largo de los años siguientes continuó posicionándose como uno de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica.
En Marzo de 2023 Chila cierra sus puertas y da inicio al Proyecto Amarra, un proyecto de cocina federal donde durante 2024 trae 9 proyectos del interior del país para que intervengan el espacio que corresponde a Chila, durante un mes entero, para poder mostrar las diferentes cocinas de la Argentina. Durante la actualidad Amarra es un espacio de cocina experimental, donde por medio de una carta se conectan distintas disciplinas para co crear diferentes platos y experiencias gastronómicas, así como la inauguración de un canal de streaming con el objetivo de poder seguir democratizando la gastronomía y llegar a más personas.
Desde 2016 Pedro se encuentra llevando su cocina Argentina a diferentes eventos gastronómicos de diversas partes del mundo: Osaka, Nueva York, Valencia, México y muchos otros, ya que le interesa mostrar la enocultura gastronómica Argentina al mundo.
En 2020 co funda Aloja, una de las primeras marcas del país en bebidas fermentadas a partir de la kombucha, y milita el consumo sano de bebidas artesanales bajas en azúcar.
Durante el mismo año, junto a otros cocineros y cocineras Pedro co funda Cardumen, una revista gastronómica que involucra un movimiento de jóvenes cocineros, quienes entienden el potencial de la gastronomía para modificar la realidad socio cultural de la comunidad. Ya han editado dos revistas donde generan cultura gastronómica y plantean interrogantes y nuevos cuestionamientos a la práctica de esta disciplina.